Francisco Antonio Rísquez
Fuente: Rosa Acosta, Rosauro. Diccionario Margariteño, Biográfico, Geográfico e Histórico. Fondo Editorial del Estado Nueva Esparta (1996)
Nació en Juan Griego, el 10 de octubre de 1856. Murió en Caracas, el 10 de Julio de 1941.
Era hijo de Jesús María Rísquez y de Fernanda Alfonzo de Rísquez. Casó con Eugenia Valery. Hijos: María, Jesús Rafael, Luisa Elvira y Frank.
Hizo estudios en Nueva Esparta. Medicina y Farmacia en la Universidad Central de Venezuela, con estudios de especialización y complementarios en Estados Unidos, Bélgica, Francia, Suiza, Alemania e Italia. Compartió el ejercicio de la Medicina con la Educación. Graduado de Doctor de Medicina y Cirugía, el 30 de julio de 1876, regresó a la Isla a ejercer su profesión y el magisterio como Catedrático y Rector del Colegio Nacional.
Fue Miembro de la Asamblea Legislativa del Estado en 1876. En 1883 fijó su residencia en Petare donde cumple también labores educativas como Rector del Colegio de dicha ciudad y es Miembro de la Junta de Instrucción del Estado Bolívar. En 1887 ingresa a la Universidad Central de Venezuela como Profesor de Patología Externa y Obstetricia y continúa ejerciendo la docencia en Colegios y Liceos de Caracas.
Fue Vice-Rector y Rector de la Universidad Central de Venezuela. Fundador de importantes Instituciones: Colegio de Médicos de Venezuela, de la Escuela de Enfermeras de Caracas.
Se destaca como periodista:
"La Instrucción Popular", en Petare, 1885.
"Revista Científica de la Universidad", Caracas, 1889.
Redactor de la Revista "Unión Médica", 1890.
"Anales del Colegio de Médicos", 1897.
En 1914 dirige la Revista de Instrucción Pública, en Caracas.
Como escritor científico publicó:
"Lecciones de Cirugía General",
"Farmacopea Venezolana","Patología general",
"Higiene Militar,
"Patología Interna",
"Discursos y Conferencias".
Dejó inéditas algunas obras de Pedagogía y sus Memorias. Se interesó por el progreso de Margarita y llegó a constituir empresas para estos fines. Fue el introductor del teléfono en la Isla.
Perteneció a las instituciones:
Individuo Correspondiente de la Academia de Medicina de Lima, Perú,
de la Academia de Medicina de Madrid,
Academia de Higiene de Cataluña,
Academia de Medicina de Colombia,
Sociedad de Medicina Tropical de Londres,
Academia de Medicina de Río de Janeiro.
Recibió varias condecoraciones:
Busto del Libertador,
Medalla de Instrucción Pública,
Llevan su nombre el Liceo de La Asunción y una Escuela del Municipio Marcano y este Municipio creó la "Orden Francisco Antonio Rísquez" para reconocer a las personalidades que se distingan en esa localidad en tareas educativas, literarias y científicas.
“El Sol” en su edición del 10 de marzo de 1899 escribe:
“Afírmase y con razón que en la entrante semana tendremos franca y directa comunicación verbal con La Asunción, Santa Ana y Juangriego por intermedio del hilo eléctrico y ayudado de los aparatos inventados por el célebre americano Graham Bell y que forman parte de una empresa particular traída a la Isla por el Dr. Francisco A. Rísquez.”
El
mismo periódico en su edición del 25 de marzo del citado año escribe:
“La
comunicación a viva voz con Juangriego, Santa Ana y La Asunción es ya un hecho
desde el 22 del corriente a las cuatro y media de la tarde.El hilo telefónico
nos comunica ya con las capitales de los Distritos Marcano, Gómez y Arismendi;
sin conexión con la heroica Pampatar, Distrito que lleva el nombre de Maneiro,
el que hizo morder el polvo en Los Barales a los valerosos españoles; pero no
dudamos que muy pronto entrará en la liga. Manos a la obra.”
El
8 de setiembre de de 1901 fue inaugurado el servicio telefónico con el Valle
del Espíritu Santo y el 31 de enero de 1904 con Pampatar.
El
12 de julio de 1929 adquirió el Gobierno Nacional la red telefónica de
Margarita. Se realizaron mejoras, se extendió el servicio a casas particulares
y oficinas públicas inaugurándose estos nuevos servicios el 4 de mayo de 1932.
Se empezó cobrando veinte bolívares mensuales por cada aparato instalado; pero
a partir de junio de 1937 se rebajó la tarifa a diez bolívares.
Tomado
de Porlamar: Glosa para la Historia de una Ciudad arina de Jesús Manuel
Subero, 1967
Hablar de Rísquez - como lo dije en palabras pronunciadas en el
Colegio de Médicos del Estado Nueva Esparta
en La Asunción el 31 de julio de 1976, con ocasión de conmemorarse el
primer centenario de la investidura del Sabio como Doctor en medicina y Cirugía
-
significa hablar del amor en la
Medicina y significa también hablar de la práctica de la Medicina con amor. En otras palabras, es como hablar
del amor que estimula a la Ciencia, de
la Ciencia puesta al servicio del amor. Porque en Rísquez el amor y la ciencia se conjugan
para hacer de este ilustre margariteño un ejemplo digno de ser emulado por las
generaciones del presente y del futuro.
Nacido en Juangriego. Isla de Margarita,
el 10 de octubre de 1856. Se puede decir que el sabio Rísquez, 'por su alta
calidad humana y científica, por su manera de ser y de actuar, ha traspasado
los límites del espacio y del tiempo y se ha hecho ciudadano, por sus propios méritos
de todos los pueblos de Venezuela, de América y del mundo, y por su ejemplo
sigue viviendo en el recuerdo de todos los que tuvieron la dicha de conocerle personalmente,
y de todos los que le hemos conocido por el testimonio de éstos y por lo que él
mismo escribiera durante su fructífera vida.
Yo quiero hoy traer de nuevo el ejemplo de Rísquez, especialmente en lo que respecta a su compenetración con los pobres y los humildes. Su ser científico no se envaneció ni se encerró en su laboratorio olvidándose del que sufría a su alrededor; porque el amor fue el dinamo que impulsó todas sus actuaciones, como debe serlo en toda persona amante del bien y de la justicia, aunque esté sometida a la influencia negativa de una sociedad como la nuestra, signada precisamente, por la falta de amor y las injusticias sociales.
Como una expresión de esta falta de amor de los unos para con los otros, asistimos a una progresiva deshumanización de la Medicina a la que Rísquez
calificara "grande como Ciencia, augusta
como misión e importante como rama del saber humano"' y también "hija
del cielo, chispa divina brotada de la sabiduría increada, como si Dios, en su
infinita misericordia hubiera sentido la severidad de su justicia"
; y Rísquez es el faro luminoso que nos muestra el camino por donde debemos transitar si
queremos enrumbar la práctica de la Medicina hacia metas de superación en lo
humano y espiritual. Recordemos sus palabras dichas en una ocasión a un grupo
de enfermeras: "Respecto al deber para con vuestro cliente, debéis recordar que la
influencia sobre el enfermo no se ejerce por el medicamento que se le propina o
la aplicación que se le hace, sino más bien por las atenciones de que se le
rodea, la finura con que se le maneja la paciencia con que se le sufre el cariño
con que se le trata" , y también las que dijera
en su discurso de graduación:
‘.. la medicina entra a luchar por aquél que
demanda sus auxilios en contra de la muerte amenazadora; y cuando al
convencerse de la impotencia del hombre
ante la voluntad de su Creador, se declara vencida, acompaña a la sagrada ciencia y ambas como hermanas derraman bálsamo
divino en el alma del que se sufre le
dan fuerzas en el momento supremo· para emprender el viaje a la eternidad
y todavía con un rayo aunque débil de esperanza no le abandonan. Hasta
que el alma deja en el fondo del sepulcro sus vestiduras materiales y sube a
postrarse a los pies de su Señor··. ‘
¡Cuán hermosos estos pensamientos. tan dignos de ser escuchados y tomados en cuenta en nuestra diaria actuación por todos aquellos que laboramos el campo de la salud! Pero sentimos profundo dolor porque el parecer, el ejemplo y las palabras del sabio Rísquez han .caído en el vacío, como también el ejemplo y las palabras de Aquél que dio su vida en la Cruz del Calvario para salvar a la humanidad del pecado de la muerte eterna, como expresión sublime del amor de Dios para todo el mundo; porque el hombre en su egoísmo, en su maldad se ha hecho indiferente al dolor del prójimo: sólo piensa en sí mismo en su propio bienestar.
De allí el gran desnivel que se observa en nuestro mundo y mientras los 1.100 millones de personas que viven en el hemisferio norte disponen de 199 dólares anuales per cápita para salud pública, cada una de las 3400 millones que habitan en el hemisferio sur sólo dispone de 6,50 dólares anuales para atender esta necesidad, es decir unas 30 veces menos. Y la situación tiende a empeorarse aún porque el abismo entre los ricos y pobres cada vez se hace más profundo y la deshumanización en la asistencia médica se hace más y más evidente como consecuencia de la alarmante progresión de la falta de mística y del deterioro de los sentimientos humanos, especialmente del amor que debemos tener los unos para con los otros.
Se está cumpliendo lo que dice la Biblia, que "por haberse multiplicado la maldad, el amor predicado y enseñado con su palabra y con su ejemplo por nuestro Señor Jesucristo y puesto de manifiesto también en palabra y en acción, como hombre, como médico y como ciudadano, por el sabio Rísquez, como se puede cambiar la situación en una forma más beneficiosa para todos, y especialmente, para que los enfermos pobres que tienen que asistir a los hospitales y centros de salud públicos, que puedan ser atendidos adecuadamente y no tengan que sufrir más de lo que determine su propia enfermedad.
Por razones
de espacio no puedo extenderme más en lo que el Sabio Rísquez significa para la medicina y la vida nacional; pero al recordar la fecha de
su nacimiento, quiero repetir las palabras qué dije en la ocasión señalada al comienzo: "Que es
una oportunidad propicia no tan sólo para recordar al hombre polifacético y rendirle
un homenaje, que lo tiene merecido, para hablar de sus virtudes, sino que debemos recordarle con sinceridad y con
el decidido propósito de tomar en cuenta sus hechos y sus palabras y recoger
sus valijas repletas de amor y de bondad que constituye el más grande arsenal revolucionario para
nuestros tiempos, para traerlas de nuevo al encuentro de los hombres de Margarita
y de Venezuela, de la Universidad y del campo. de la empresa y del comercio, para que cada uno tome su .parte y la haga
fructificar de tal manera que rebosen los cestos de nuestras vidas y vayan
sembrándose a su vez en el corazón de la Patria y del Universo entero que gime bajo el peso de las
injusticias por causa de la maldad y del egoísmo que anida en el corazón del hombre
que vive tan alejado de Dios...
