Manuel Piar


Caracas      *1780 +16.10.1814

Por Antonio Rafael Deffitt Martínez

Discrepan los historiadores cuando tratan de fijar la fecha y lugar de nacimiento de este glorioso guerrero de la Independencia, no menos que cuando buscan consignar el nombre de los que fueron sus padres. La leyenda pues, ha obscurecido su cuna, rodeando de nuevo interés su vida esplendorosa y heroica. Nacido en Caracas de procedencia noble, pero ilegítima, o en Curazao del humilde hogar de Don Fernando Piar y María Isabel Gómez, tal nacimiento debió de haber tenido lugar hacia 1780. Se cuenta que fue educado en Curazao, que muy joven fue traído a Caracas a hacer estudios de Matemáticas y que por 1806 estaba en Barbados en la ocasión en que Miranda dirigía a Coro su segunda "expedición, a la que el joven Piar se incorporó, tomando parte en el desembarco de La Vela.

Vuelto seguramente a Curazao, vino otra vez a Venezuela después de los sucesos del 19 de abril de 1810, fecha en la que se puso al servicio de la República. Sentó plaza en los primeros alistamientos que se hicieron y formó parte de los Cuerpos que marcharon a campaña contra los sublevados de 1811, con el grado de Subteniente, que le confirió en los Valles de Aragua el Generalísimo Miranda. Estuvo en la segunda campaña de Valencia, y perdida la República con motivo de la capitulación estipulada con Monteverde, se dirigió a Oriente.

En la isla de Trinidad firmó, con Mariño, con Bermúdez y con otros entusiastas patriotas, la famosa Acta de Chacachacare del 11 de enero de 1813, en la que se comprometían a aunar sus esfuerzos para emprender la reconquista y la libertad de Venezuela. En 1814,  Piar mandaba la escuadrilla con que el General Mariño hacía la guerra a los realistas en el Oriente de la República. En 1814 secundó al turbulento José Félix Ribas en sus disidencias de Carúpano; depusieron a Bolívar y a Mariño, expulsaron a ambos y se declararon primero y segundo Jefes de las tropas que maniobraban por la costa. Aquéllos se dirigieron entonces a Cartagena, quedando por ello las fuerzas patriotas muy expuestas al peligro. En efecto, a poco era derrotado Piar en El Salado, Bermúdez en los Magueyes y Ribas en Urica, quedando los españoles dueños de la situación.

Entre tanto el Libertador había abandonado Cartagena, Y por Jamaica dirigióse a Haití, con objeto de promover una nueva expedición a Costa Firme. En esta isla se le incorporaron numerosos emigrados de aquella plaza, recia fortificación que habían hecho sucumbir las fuerzas de Morillo. Entre los emigrados patriotas estaban Piar, Bermúdez, Montilla y otros, personajes que, si bien no eran amigos personales de Bolívar, conocían la necesidad de unírsele, para seguir batallando juntos por la libertad del Continente. Piar, de los primeros, reconoció al Libertador como jefe de la Expedición, y a sus órdenes, en la goleta General Maríño, salió de Los Cayos de San Luis el 20 de marzo de 1816.

Contando con la colaboración de Arismendi, la Expedición hizo rumbo a Margarita, arribando a Juangriego el 3 del siguiente mayo. El 7 del mismo mes, una Asamblea en la Villa del Norte nombro y proclamó a Bolívar Jefe Supremo; Piar le dio su voto, y también a Mariño, que ya era General de Brigada, para segundo Jefe. En el reparto de cargos y operaciones que Bolívar hiciera, Piar fue destinado con cuatro flecheras a obrar contra Maturín por Caño Colorado, y Mariño con algunos guerrilleros ocuparía la costa de Güiria. Convienen los historiadores en que Mariño y Piar obtuvieron buen éxito en sus operaciones, pero que luego olvidaron sus deberes, fomentando Piar las pretensiones no encubiertas de Mariño, y disfrazando éste su ambición de mando con la disculpa de la inobediencia de aquél.
Separándose entonces, desplegando Piar gran actividad militar y empleando ventajosamente para el buen éxito de sus operaciones los recursos muy valiosos que Bolívar le había enviado. De estos recursos era uno muy importante la Compañía del Teniente Coronel Pedro Briceño Méndez. Buscaba el Libertador que el valor, audacia y actividad de Piar hallasen contrapeso en las luces, prudencia y lealtad de quien había sido su fiel Secretario en criticas situaciones anteriores. La batalla del Juncal, en la que venció al Jefe realista Morales, dio a Piar grandes renombre y prestigio. Sus tropas fueron aumentando considerablemente e imponiéndose su caudillo con gran fama a los Jefes patriotas y realistas que combatían en el oriente de la República.

Surgieron entonces rivalidades que iban a culminar en el desconocimiento de Güiria y en la ambición al mando supremo. Piar era uno de los aspirantes, y hubiera contado con la adhesión de muchos Jefes, a no ser que a poco aparecía Bolívar en Margarita, con su segunda Expedición de Los Cayos, a fines de 1816. Los militares más prestigiosos se fueron incorporando al Libertador, haciendo el consiguiente vacío alrededor de Piar. Este no se amilanó; confió en su prestigio y en sus recursos, invadió el Alto Llano y buscó ocupar Angostura. "Guayana será libre", decía a sus soldados el 1 º de enero de 1817.

Bolívar, entretanto, luchaba por reunir en un gran Cuerpo de Ejército las fuerzas granadinas y venezolanas que operaban por diversos lugares, a cuyo efecto expidió las órdenes correspondientes a los Jefes que mandaban los diferentes Cuerpos. No accedió Piar a la invitación del Jefe Supremo, y buscando pretexto para evadirla, dispuso un asalto a la plaza de Angostura. Fracasada esta intentona se retiró con sus tropas a las misiones del Caroní a organizar nuevos recursos, cumplido lo cual atacó de nuevo, logrando coronar sus esfuerzos con la espléndida victoria de San Félix, el 1º de abril de 1817. El 2 de mayo siguiente se reunían las tropas de Bolívar y las de Piar. Ambos Jefes se abrazaron y se juraron, amistad firme. Pero cegado el segundo con los triunfos del Juncal y de San Félix, no desistía de su propósito de concentrar en su persona el mando supremo.

Sucesos posteriores fueron alimentando su descontento. Pidió su retiro del Ejército y se dio a seducir y conquistar a muchos de los que habían sido sus subalternos. Informado Bolívar - de lo que pasaba, llamó a Piar a su Cuartel General y como éste desobedeciera, se ordenó su prisión y su sometimiento a juicio. Un Consejo de Guerra, integrado por Oficiales de alto rango, le condenó, el 15 de octubre de 1814, a la pena mayor, por los crímenes de desobediencia, sedición, conspiración y deserción. En la tarde del 16, en la plaza principal de Angostura, a presencia de todo el Ejército republicano, recibió la muerte el glorioso paladín, con la misma serenidad e intrepidez que habían señalado su vida de patriota Y de guerrero.

BIBLIOGRAFIA.- "Biografías de Hombres Notables de Hispanoamérica", por D. Ramón Azpúrua. 'La leyenda de Piar", por R. A. Rondón Márquez.  "Anales de Guayana , por Bartolomé Tavera Acosta. Memorias , por D. F. Q'Leary. Diversas obras de Historia de Venezuela.
Sedición: Sublevación, rebelión.