José Antonio Páez
Por Antonio Rafael Deffitt Martinez
Nació en Curpa, cerca de Acarigua,
el 13 de junio de 1790. Hijo de Juan Victoria de Páez y de María Violante Herrera
Recibió muy elemental educación, y de apenas diecisiete años, habiendo cometido
un hecho delictuoso en defensa propia cerca de Yantagua, hubo de refugiarse en
Barinas, donde sirvió como peón en el famoso hato de La Calzada.
La revolución de 1810 le encontró
en este destino, y como su patrón, Don Manuel Antonio Pulido, fuera nombrado
Gobernador de Barinas, le incorporó a sus filas. A consecuencia de los
triunfos de Monteverde en 1812, el citado Pulido marchó a la Nueva Granada.
Páez permaneció con su guerrilla en Canaguá, con la que se cuenta estuvo a las
órdenes del Gobernador realista Don Antonio de Tíscar. Vuelto Pulido a Barinas,
Páez se reintegró a las tropas patriotas , mereciendo de este jefe el nombramiento
de Capitán de Milicias de Infantería.
En las peripecias de la guerra, Pulido, obligado a
abandonar Barinas, dejó a Páez el cuido de sus extensos hatos. Ejercía
funciones de mayordomo cuando fue hecho prisionero por el Comandante realista
Antonio Puy, quien le condenó a muerte. Se disponía a sufrir el último suplicio
cuando fue libertado por fuerzas del Comandante Ramón García de Sena. Se alistó
entonces en las caballerías del Comandante Olmedilla, figurando en la defensa
de Barinas. Abandonada ésta por García de Sena, Páez emigró a Mérida, donde el
Capitán Antonio Rangel, que mandaba un escuadrón, le utilizó en el fogueo de reclutas.
En este servicio estuvo en el sitio de Estanques, tocándole batirse cuerpo a
cuerpo con un bizarro soldado realista al que venció.
Incorporado a Urdaneta, que hacía su famosa retirada,
hubo de acompañarle breve tiempo, pues por disgustos personales se separó de él
para dirigirse por los llanos a Casanare. En este lugar se puso a las órdenes
del Comandante Miguel Antonio Vázquez. En guerra de guerrillas combatió bajo el
mando de diversos jefes y estuvo en varios combates, por los años 15 y 16. En septiembre
de este último año desconoció a los jefes que gobernaban, en Apure y se hizo proclamar Jefe
de los Cuerpos que militaban en aquella región. Se halló en encuentros tan
notables como el Yagual y Achaguas. En 1817 triunfó del General Latorre en el
sitio de Mucuritas. En 1818 se halló con el Libertador en la sorpresa de
Calabozo. En 1819 realizó la hazaña de las Queseras del Medio.
Comprobados sus empeños
heroicos, durante cinco años, en numerosos encuentros con los realistas, el
Libertador le ascendió a General de División el 20 de enero de 1819 A
comienzos de 1821 salió con las tropas del Apure, incorporándose en San Carlos
al gran Ejército que comandaba el Libertador. El 24 de junio de dicho año, en
el campo inmortal de Carabobo, después de formidables cargas de caballería,
obtuvo los honores del triunfo para las armas de la República.
En el propio campo glorioso el
Libertador se apresuró a coronar su carrera militar confiriéndole el grado de
General en Jefe. Con el cargo de Jefe de la Circunscripción Militar del Centro
quedó en Valencia y desde allí activó en los años siguientes la rendición de
Puerto Cabello, que tuvo lugar el 8 de noviembre de 1823. En 1826 era Jefe
Civil y Militar de Venezuela. Desafueros de orden militar cometidos en el
ejercicio de este cargo condujeron al Congreso de Colombia a seguirle juicio de
responsabilidad. Páez se declaró en rebeldía y desobedeció las órdenes de la
Representación Nacional. Bolívar, a su regreso del Perú, creyendo trabajar por
la paz y por la unión, le confirmó en los altos cargos que desempeñaba.
Desde ellos el glorioso llanero
siguió dirigiendo con energía y constancia el movimiento de separación de
Venezuela de la Unión Colombiana. No aceptó proposición alguna que pudiera
referirse al mantenimiento de la Gran Colombia, y por boca de sus Comisionados
en las Conferencias de Cúcuta, sostuvo su irrevocable decisión separatista,
creyendo así interpretar no sólo sus propios sentimientos, sino los de una gran
mayoría de venezolanos que desde 1821 se habían opuesto a los principios centralizadores
de la Constitución de Cúcuta.
Reconstituida Venezuela en 1830,
y sancionado el pacto político de la nueva República, Páez fue elegido su primer
Presidente constitucional del 31 al 35. Le sucedió en la alta magistratura el Dr.
José María Vargas, quien fue derrocado por un golpe de cuartel, dado el 8 de
julio de 1835 por los reformistas.
Con nombramiento del propio Dr.
Vargas, el General Páez se puso al frente del Ejército, y en defensa de la
Constitución marchó sin obstáculos hasta Caracas, sometió los militares
insurrectos y repuso a los magistrados legítimos. El Congreso de 1836, en
atención a tan eminentes servicios, le concedió el título de Ciudadano
Esclarecido y el homenaje de una espada de honor. En marzo de 1837 tomó de
nuevo las armas con objeto de someter al faccioso José Francisco Farfán. En
abril siguiente ocupó San Fernando, poniendo término a la insurrección con el sorprendente
combate de Payara, que le mereció el título de León de Payara.
En 1838, el Congreso le
autorizó para aceptar el presente de una espada que le hacía el rey de
Inglaterra, y en el mismo año el encargado del Poder, Ejecutivo puso en sus
manos la espada de honor que le había concedido el Congreso de 1836. De 1839 a
1843 ejerció por segunda vez la Presidencia Constitucional de Venezuela. Como
en su primer periodo, supo rodearse de ministros eminentes, y manifestó profundo
respeto por las Instituciones. Señaló su actuación con un hecho de gran
justicia y reconocimiento como fue la traslación de los restos sagrados del Libertador,
de Santa Marta, donde dormían desde 1 830, a Caracas, ciudad de su nacimiento.
En 1846 se le destinó para someter
al faccioso Francisco Rangel, alzado en armas contra el Gobierno, logrando
derrotarle en el sitio de Magdalena. En el mismo año rindió al famoso
guerrillero Dionisia Cisneros, quien durante muchos años había mantenido en
zozobra diversas regiones del centro de la República. Con motivo de los
desgraciados sucesos ocurridos en Caracas el 24 de enero de 1848 entre el
Congreso y el Poder Ejecutivo, el General Páez volvió a ponerse al frente del
Ejército en defensa de la Constitución y de las leyes, que creía vulneradas por
la despótica actitud del Presidente de la República, General José Tadeo
Monagas. La suerte le fue adversa y resultó vencido por su antiguo subalterno,
General José Cornelio Muñoz, en el combate de los Araguatos.
Emigró entonces a la Nueva
Granada. Desde esta República tentó una nueva invasión a Venezuela, la que realizó
por Coro en julio de 1849. Desgraciado en la empresa, hubo de capitular en
Campo Monagas, donde fue hecho prisionero. Conducido al castillo de San
Antonio, de Cumaná, sufrió • numerosas vejaciones y permaneció en él hasta mayo
de 1850, en que sé sancionó el Decreto que le expulsaba del territorio de la
República. A bordo del navío Libertador salió desterrado para Norteamérica,
generoso país donde luego recibió honores y mandó paradas militares. En los
años siguientes viajó por México y por Europa, mereciendo en todas partes los
grandes honores a que era acreedor por sus eminentes servicios durante la
guerra de Independencia.
Caída la dinastía de los
Monagas, la Convención de Valencia quiso desagraviarle y dispuso su regreso al país.
Con grandes demostraciones de aprecio fue despedido en los Estados Unidos, y
con no menos grandes fue recibido en Venezuela, en enero de 1859. El vacilante
Gobierno de Manuel Felipe de Tovar le nombró Ministro de Guerra y Marina en 1
860, cargo que no aceptó. Se le designó luego Ministro Plenipotenciario en Washington,
empleo que tampoco ejerció por haber sido nombrado en abril del 61 Jefe del
Ejército. El curso fatal de los sucesos le llevó a la Dictadura, que con el
título de Jefe Supremo de la República comenzó a ejercer el 1 º de septiembre
de 1861 Le acompañó en las delicadas labores del Gobierno, como Secretario
General y sustituto, el famoso Dr. Pedro José Rojas.
Su caída señaló, en junio del
63, el triunfo definitivo de la Revolución Federal. Se ausentó otra vez de
Venezuela y volvió de nuevo a los Estados Unidos. Visitó el Uruguay y la
Argentina en 1868, Bolivia en el 1870, Perú y Colombia en el 1872, recibiendo
en varias de dichas naciones grados militares y pensiones. Murió en Nueva York,
el 6 de mayo de 1873. Había casado en 1809 con Dominga Ortiz, que le acompañó en
los azares de la guerra hasta 1821 , año en que la abandonó. En abril de 1888
sus restos fueron traídos a Caracas Y depositados en el Panteón Nacional.
“Autobiografia”
«José Antonio Páez», por D. Ramón Azpúrua.
«Diccionario Biográfico de Ilustres Próceres de la Independencia», por el Dr. Vicente Dávila. «Memorias», por D. F. 0'Leary
«Historia Contemporánea de Venezuela», por el Dr. F. González Guinán.
Diversas obras de Historia de Venezuela.
Desafuero: Acción contraria Desacato.
Faccioso: Rebelde Revoltoso