José María García


Porlamar    *16.11.1789 +07.11.1865

Por Felipe Natera Wanderlinder 
Margariteñerías #139

José María García nació frente al mar el 16 de noviembre de 1789. Desde niño tiraba sus cordeles en la playa de Porlamar, tenía gran obsesión por las cuestiones marinas. Nació y vivió en la casa que después fue reconstruida por el Subteniente José Jesús Campos Velásquez, deudo del héroe, casa piloto de la ciudad. Allí también habitaron sus familiares por mucho tiempo, entre ellos, su hermana Josefa María García, llamada por el cariño Ma’chepita.

Los padres de José María García vinieron de Sabana Grande, sur de la Isla, a aposentarse en Porlamar. Se dedicaron a la pesca y a la navegación en pequeños veleros que surcaban el Caribe. En estas faenas llevaban casi siempre a José María, muchacho despierto y de marcadas aptitudes. Sabedor el General Juan Bautista Arismendi de las condiciones de este joven, lo llama y lo pone a su servicio. Le encomienda tareas que dan resultados satisfactorios. Esa prueba le valió que el 15 de agosto de 1815 recibiera el título de Alférez de Fragata y a la vez se le diera el mando de la balandra artillada Aurora.

El General Arismendi tenía una información precisa del  movimiento, no tan sólo de los españoles, sino de los propios patriotas. Sabe de la permanencia del Libertador en Jamaica, de su salida para Venezuela y por la noticia recibida en alta mar de la caída de Cartagena y verse obligado a desviarse hacia Haití a donde también se habían retirado otros Jefes venezolanos Dispone entonces Arismendi enviar una comisión compuesta por los Tenientes Coroneles Francisco Olivier y Juan Rodríguez, quienes fueron trasladados a los Cayos en Haití en la balandra La Bruja al mando del Alférez José María García, para invitar al General Bolívar a que se trasladara a Margarita a objeto de ponerse al frente de las tropas acantonadas y planificar nuevas acciones hacia la recuperación de la República.

Cumplida la misión, el Capitán de Navío Luis Brión les ordena levar anclas y regresar a Margarita. Ya traían la buena nueva de que Bolívar viajaría a encontrarse con el General Juan Bautista Arismendi. Al regreso, García tuvo que librar combate y capturar naves enemigas que llevó a la bahía de Juangriego. El General Juan Bautista Arismendi ordena a José María García conducir en la balandra Aurora, bajo su mando a los Tenientes Coroneles José Jacinto Rodríguez y Francisco Olivier para gestionar ante el Gobierno de Haití elementos de guerra. Las urgentes necesidades de los mismos y la pérdida de Ocumare, lo obligaban a prepararse para nuevos encuentros. Esto ocurrió en el mismo año de 1816.

Recibe José María García órdenes de incorporarse a la Escuadra Republicana. El Comandante Antonio Díaz lo toma a su servicio. Frente a Barcelona libra pelea con fiereza, logra triunfos y el 15 de febrero de 1817 se le eleva a Teniente de Navío. Regresa a Margarita donde sirve con la actividad que le es característica. Tiene a su mando la goleta de guerra Tártaro Queda bajo las órdenes del Almirante Brión. Va en la expedición hacia el Bajo Orinoco, cumple toda la campaña hasta la rendición de Guayana la Vieja.

Regresa nuevamente a Margarita en la flechera de guerra El Rosario para traer a bordo a su Jefe y amigo el Coronel Juan Bautista Arismendi. Cumple 38 años de edad, está en pleno vigor y su nombre resplandece porque su responsabilidad es manifiesta ante los compromisos que contrae. Se le designa Capitán de Puerto en La Guaira.

Es ascendido el 29 de enero de 1829 a Capitán de Navío. Va a la Capitanía de Puerto y del Apostadero en el Orinoco. El 16 de junio de 1830 se le encarga la goleta de guerra Independencia. Su salud se resiente y en Caracas se le concede Letras de Cuartel con el goce de la tercera parte de su sueldo, conforme a la resolución asentada en el Libro de Toma de Razón, suscrita por el General Carlos Soublette. Vinieron días aciagos para la República. Bandos opuestos discutían y peleaban. La llamada Revolución de las Reformas en 1835 agita consignas encendidas. José María García es expulsado a Curazao. Abandonado allí por sus copartidarios, padece las mayores privaciones hasta caer en la miseria más torturante. No le queda más alternativa que regresar a la Patria, someterse a su adverso destino, concretado a la pena de muerte ·que pendía sobre todos los que habían tomado parte en aquella acción considerada como delito de lesa patria. Vaga de una parte a otra, busca contactos en vano, hasta que un día de 1840 es hecho prisionero en Ocumare de la Costa. Se le conduce al castillo de Pampatar para ser sometido a procesamiento judicial. El tribunal que conoció su causa dictó sentencia la pena capital. Pero ante alegatos válidos de sus importantes servicios prestados a la Marina de Guerra el gobierno al conmutarle la pena por prisión le perdonó así la vida. En el castillo de San Carlos Borroneo, en su lar nativo Margarita permaneció con grandes consideraciones. Hasta se le permitió que su compañera Rita Gómez diera a luz un hijo en la propia fortaleza, quien se bautizó con el nombre de José María y cuya partida de bautizo corre inserta en el libro C de 1841 de la Parroquia de Pampatar, pero con la rareza de que el padre aparece como padrino en unión de la señora Josefa Villalba Este José María García Gómez ocupó lugar prominente en los destinos de Venezuela y llegó a ser General en Jefe de la República. En el año 1842 el Capitán García recibía plena libertad. Vuelve a recobrar su prestigio y en 1848 el General José Tadeo Monagas, Presidente de la Nación, lo designa Segundo Comandante de la Escuadra Nacional para hacer la campaña en el Golfo de Venezuela. Penetró en el Lago sin prácticos, tanta era su pericia y habilidad como marino que no veía obstáculos y fondeó su nave frente a la Barra. Dispuso el sondeo y balizaje antes del amanecer para lo cual encargó a los Capitanes de ' Fragata Domingo Díaz, hermano del Comandante Antonio Díaz, a José Ramón Yépez, a los Tenientes Coroneles Miguel Gama y Cristóbal Monagas. Esto permitió al General Justo Briceño, Jefe de Operaciones de Mar y Tierra ordenar al Capitán García y al Capitán de Fragata Francisco Javier Curtis y Teniente de Navío Antonio León con sus respectivas embarcaciones levaran anclas y atravesaran la Barra de Maracaibo. Allí se libró singular combate contra las fuerzas revolucionarias, cuya derrota no se hizo esperar, dando el triunfo a la Armada gubernamental. Se tomaron muchos prisioneros, pertrechos de guerra y buques. La valentía y arrojo de José María García, le fueron reconocidos expresamente por el Presidente de la República General José Gregorio Monagas quien solicitó de la Cámara deI Senado su ascenso a General de Brigada, lo cual fue acordado en la sesión de dicho Cuerpo el 22 de febrero de 1835. Obtuvo licencia y se retiró a la vida privada a saborear las glorias y merecimientos con sus esfuerzos y decisión granjeados. Pero la República no lo olvidaba, sabía de su tenacidad y valor. El General Monagas lo llama nuevamente, requiere de sus valiosos servicios ante la insurrección de un grupo de revolucionarios en el Oriente. Lo encarga de la Escuadra Nacional y se dirige a someter a los revoltosos lo que logra para restablecer el orden en la región. Ante este triunfo se le premia con la condecoración Busto del Libertador, cuya resolución establece: «José Gregorio Monagas, General en Jefe, Presidente de la República En cumplimiento del artículo 2 del Decreto Legislativo del 11 de marzo del corriente año, que autoriza para conceder una medalla con el busto del Hombre Clásico del Nuevo Mundo, del Padre insigne de la Patria, Simón Bolívar, y atendiendo a los servicios prestados a la República por el General de Brigada José María García, he venido a acordarle el uso de la referida Medalla. · Esta prenda de valor inestimable a los ojos de la libertad y de la justicia, debe mirarse como el más hermoso distintivo de los ciudadanos que han cooperado a romper nuestras cadenas y a establecer el imperio de la voluntad general. Dado, firmado de mi mano, refrendado por el Secretario de Guerra y Marina en Caracas a 8 de julio de 1854, años 25 de la Ley y 44 de la Independencia. Fdo. J. G. Monagas. Fdo. El Secretario de Guerra y Marina, Juan MuñozTebar». Recibe instrucciones el General García, ante los acontecimientos políticos de 1858 de hacerse a la mar a librar combates contra las fuerzas desafectas al Gobierno. Viene lo inesperado, la renuncia del General Monagas a la Presidencia de la República. Cesa en sus intentos y se retira a la vida privada. Un hombre de inquietudes, solicitado, capaz de aportar todavía mucho a cualquier causa. No desatiende al llamado de amigos, se adhiere al movimiento que proclama la Federación. Junto con su hijo José María Gómez y bajo las órdenes del General Pedro Vicente Aguado se levanta en armas en Maiquetía. Toma a La Guaira, rinde la guarnición y detiene al Coronel Carlos Plaza y demás oficiales. Fracasa la Revolución, es hecho prisionero. Pero por su conducta, antecedentes, prestigio y consideraciones logra la libertad. Se le concede Letras de Inválido y se le da licencia definitiva. Pocos 'oficiales de nuestra Independencia como José María García logran ascensos en riguroso orden y ganados en buena lid. Sirvió con lealtad, abnegación y sacrificios. Todo lo dio por la Patria, porque siempre fue un hombre de pocos recursos económicos, apenas lo que le proporcionaba su sueldo como marino. Amante de la libertad, liberal por principios. Sus ideas estaban unidas a su valor incomparable, encaminados a lograr un mundo de justicia y equidad. Y golpeado por los años y ante intensa actividad que signó toda su vida, quebrantada su salud fija su residencia en Maiquetía y allí muere el ilustre neoespartano, margariteño integral, el 7 de noviembre de 1865 a la edad de 76 años, apenas una diferencia de nueve días para su cumpleaños. Fue motivo de luto para la Patria, los buques surtos en el puerto pusieron su señal de duelo. La población deploró la muerte llena de sentimientos, sus restos permanecieron en la iglesia de San Juan de Dios de La Guaira hasta que el Gobierno ordenó el traslado de los mismos al Panteón Nacional como correspondía a héroe de tan altísimos méritos con título de Almirante de la República. Nueva Esparta le da su apellido al Municipio que integra el Valle del Espíritu Santo. En el Archivo General de la Nación se guardan originales las Hojas de servicio del Almirante García, de su expediente hemos tomado el material que nos ha servido para hilvanar estas cuartillas como también hemos recibido datos de familiares del Prócer, entre ellos Don Francisco –Chico Cedeño Gómez y doña Cruz Fermín de Velásquez -La Negra-, quienes viven en Porlamar Margarita, madre fecunda, da hijos para enaltecer el gentilicio y servir a la Patria en todos sus confines y en distintas actividades ya en lo militar, en la ciencia y en tantas profesiones y servicios que honran, como este insigne Almirante José María García a quien rendimos el homenaje de nuestra admiración. 

Conmutarle: Cambiar.
Lar: Hogar.