Pedro Angel Gonzalez
PEDRO ANGEL
GONZALEZ, PINTOR EMINENTE HIJO DE SANTA ANA DEL NORTEJosé Jesús
Salazar en Crónicas, Anecdotas y Leyendas de la Villa de Santa Ana, 2001
En los primeros años de mi infancia oí referir varias veces un episodio ocurrido en la primera década de este siglo y protagonizada por un niño de este pueblo.
Mi madre que era gran amiga de la mamá del niño en
referencia solía comentarlo todavía asombrada, a pesar de los años
transcurridos, por tratarse de un hecho insólito para aquella época en que
había muy pocas cosas capaces de alterar la paz y la calma de la comunidad
santanense. Pero, ¿Qué era lo que había pasado para que la gente se conmoviera
de tal modo? Sencillamente que el niño le había prendido fuego a las
empalizadas de una huerta situada entre las calles «El Bronce» y «El Toporo» y
el fuego había amenazado con extenderse a toda la población provocando un
escándalo sin precedentes. El niño desapareció del escenario del suceso y más
tarde fue encontrado aterrorizado en el solitario camino de El Tamoco.
Hace alrededor de 20 años conocí al protagonista de esta travesura
cuando ya era un artista famoso del pincel y él mismo me refirió la anécdota:
Mi padre era su padrino de bautizo y, por esa afinidad, mi abuela paterna que
vivía en El Toporo lo mandó a la bodega «La Araña» de El Bronce a comprar una
caja de fósforos. A su regreso de esta comisión como movido por un impulso y
sin medir las consecuencias de su acción en razón de su corta edad, prendió
fuego a las ramas secas que encontró a su paso y luego, asustado, huyó. Es
posible que en su subconsciente germinara la idea de que el fuego era la luz
que iluminaría más tarde el mundo maravilloso de sus cuadros.
Aquel niño inquieto y travieso fue luego el gran pintor
Pedro Ángel González.
Poca gente de aquí conoció al gran artista porque su vida
transcurrió en la capital; pero sabemos que su obra fue muy fecunda y valiosa y
que ella le mereció ocupar el primer lugar en su género entre los artistas de
nuestra tierra. No podemos decir que hemos tenido grandes oportunidades para
apreciar la gran calidad de su arte, pues apenas conocemos sus obras maestras «Bolívar en la Villa de Santa
Ana», propiedad del Concejo Municipal, y algunos paisajes que le vimos pintar
con el campanario de nuestra iglesia como figura central. Sin embargo, nos
consta que fue y seguirá siendo una auténtica gloria de nuestro país y que,
como tal, es un acto de elemental justicia exaltar su nombre como lo estamos
haciendo ahora.
Pedro Angel González nació en esta ciudad de Santa Ana
cuando alboreaba este siglo. Sus padres fueron Anacleto González y Juanita
Anuel. Transcurrió su infancia aquí y en Juangriego donde su padre tenía un
pequeño comercio.
Pero, para ilustrar mejor esta micro biografía, oigamos lo
que sobre él escribe el Dr. Luis Beltrán Prieto, su amigo y contemporáneo. Dice
el Dr. Prieto: «Mientras otros muchachos de su edad, que es la misma mía, se
entretenían jugando a las metras, a los trompos, a los voladores, él cambiaba
un volador por unos lápices. Ayudaba a las labores de su padre en el tiempo que
le sobraba de la escuela; pero nunca abandonaba los lápices porque dibujar era
su pasión.
El muchacho logra al fin llegar hasta Caracas y allí estudia
en la Escuela de Artes donde se distinguió por la forma personal de tratar los
colores y destacar las figuras. Se relacionó con pintores famosos y llegó a ser
él mismo uno de ellos. Hizo algunos estudios en Londres y, con Manuel Cabré,
se consagró como pintor del Ávila, de tal modo que lo que el gran escritor
Manuel Díaz Rodríguez expresaba en su prosa admirable, Pedro Ángel lo exaltaba
en el lienzo. El silencioso amigo de la palabra recortada que hablaba con el
pincel y con los lápices se nos fue para siempre; pero nos queda como herencia
el maravilloso arco iris de su pintura». Hasta aquí las palabras del Maestro
Prieto.
Hace poco, en una conferencia pronunciada en esta ciudad,
nos complació oír al afamado Pintor cinético Carlos Cruz Diez expresarse en
conceptos elogiosos para Pedro Ángel González su profesor de pintura y
grabado.
Dios quiera que el grupo de trabajo que hace poco se
constituyó con el nombre del insigne pintor, alcance sus objetivos como él
logró los suyos a través de su obra artística.
